HABÍA BOMBA... ¡Y TE LO CUENTO HOY!
Descripción de la publicación.
#FILOSOFIALAGOM
CMA
5/26/20236 min read
HABÍA BOMBA... ¡Y TE LO CUENTO HOY!
26/MAY/2023
Hola de nuevo bonit@.
Ha pasado un tiempo desde mi última newsletter (algo más de 2 meses) y no era la idea. Te prometo que, al contrario de lo que pueda parecer, me ha costado NO escribir. He tenido que retener mis ganas de ponerme a contarte por aquí todo lo que se ha acontecido a mi alrededor y toda la espiral de emociones que he atravesado (especialmente en abril y principios de mayo).
Sabía también que era una sensación que pasaría, así que solo me decía a mí misma “Cris, espera” (pero también siente, acepta todas y cada una de tus emociones). Si me lanzaba a escribir desde la impaciencia, seguramente habría soltado por aquí algo de lo que me hubiera arrepentido al poco tiempo. Así que ahora que ya se ha levantado todo el polvo y está volviendo a asentarse sobre el suelo, me veo capaz de contarte.
He tomado una no fácil decisión. Una, que ha puesto por los aires todo: me traslado por un tiempo a Barcelona. Por si no te ubicas, mi Estudio, en el que imparto clases, se encuentra en una localidad de Castellón (Almenara). LAGOM nació en plena pandemia y con el miedo en la nuca por la amenaza constante de cierre forzoso si se daba algún repunte de contagios por covid.
Arranché todo con ese escenario complejo y, la verdad, la respuesta fue muy sorprendente (vamos, yo fui la primera sorprendida): todo ha funcionado bien desde el primer momento. Un progreso constante y estable que me ha hecho creer en mí. Les doy infinitas gracias a mis alumn@s por la confianza, y también al Universo. Porque atrás había un buen trabajo de vencer miedos e inseguridades. Y ÉL supo darme la arena después de la cal. Siempre hay una palmadita en la espalda tras un buen salto.
NO PUEDO BRILLAR Y OFRECER LO MEJOR DE MÍ SI NO ME SIENTO ALINEADA CON MI SER EN UN ENTORNO EN EL QUE PASO TANTAS HORAS. NECESITO FUSIONARME CON MI TRABAJO. PORQUE MI EVOLUCIÓN VA DE SU MANO; ES UN PARTE DE MI CRECIMIENTO PERSONAL EN ACCIÓN.
Me he creído muy fracasada por ello (no poder tener una línea laboral recta y firme como muchos), hasta comprender que es mi naturaleza: necesito fusionarme con mi trabajo. Porque mi evolución va de su mano; es una parte de mi crecimiento personal en acción.
LAGOM es la semilla que brotó después de dejar un trabajo por cuenta ajena no mal remunerado, pero poco “vivo” para mí. Tenía un cierto rol de responsabilidad dentro de la empresa y manejaba mis tareas con avanzada soltura. Todo era ya en cierta medida fácil y cómodo: confort. Pero ni el contexto ni los objetivos eran YO. Y, al menos hablo por mí, no puedo brillar y ofrecer lo mejor de mí si no me siento alineada con mi ser en un entorno en el que paso tantas horas.
Sabía que ese proyecto nuevo, al que bauticé con el nombre de LAGOM, necesitaba tener mucho de esto: de mi esencia, fuera esta a veces una catapulta lanzándome ahí arriba o una rama seca en horas bajas. Necesitaba un trabajo en el que sentirme cómoda en mis desempeños (y emociones), sin dejar de ser realista con todo lo que supone montarse un negocio por cuenta propia. Acepté el desafío.
En estos casi 3 años dando toda mi energía al Estudio he aprendido tanto que, un día, a principios de este 2023, me conecté con mi Fuente (tú siéntete libre de llamarlo como quieras o de no creer nada en absoluto) y le dije “estoy lista para algo más; me rindo a lo que me quieras traer”. Porque aunque la evolución de LAGOM ha sido estable desde el principio, como te comentaba, después de cierto tiempo, para mí, estabilidad no es progreso. Y yo soy de mirar siempre más allá, del reto constante, del ¿por qué no?
Estoy convencida que hay un gran plan para cada una de nosotras.
Y yo no me lo quiero perder.
Así que solo 1 semana después de mi “petición” empieza a pulular por mi hogar el nombre de Barcelona. No por mí, sino por un proyecto de mi marido. Él tenía claro que tenía que trasladarse allí por un periodo largo. Yo había aceptado que no. Que mi hijo “necesitaba” quedarse en el mismo colegio en el que estaba y yo “no podía fallar” a mis alumn@s (todo esto, consensuado y hablado con mi pareja, claro). Así que ese era el plan: 100% todo controlado, o descontrolado, según se mire.
Porque yo me quedaba y eso me daba cierta paz por no tener que deshacer camino andado ni enfrentarme al miedo de “defraudar” a mis clientes. Pero a la vez, todo, absolutamente todo, en el seno familiar empezaba a pender de un hilo, con mi hijo sin su padre cerca y conmigo lidiando con horarios extensos en las tardes. Cero conciliación.
Barcelona seguía sonando por ahí y, cuando por milésimas de segundo se me colaba la idea de marcharme, la desestimaba al instante. “No, no puedo hacer eso”. Así que esa sensación de fragilidad me llevó a buscar de nuevo: “necesito más claridad”.
No sabía qué decisión tomar y sé que no hay decisión buena o mala, pero necesitaba agarrarme a algo más o menos certero. Mi marido volvía a viajar por semanas enteras a miles de kilómetros y yo me vi sola con toda esa indecisión mental hurgando bien adentro, sumando el tomar el mando de hogar, la familia y mi rol de dueña de mi negocio. Mi silencio en redes, era consecuencia de esto.
Fueron días duros y tuve sensación de que todo se iba al traste por momentos. No podía más. Así que saqué dos de mis grandes libretas. En una de ellas anoto objetivos (a veces me dan mucha risa, sobre todo si miro los del primer año de LAGOM); en la otra, reflexiones sobre el progreso de mi empresa, cosas que me gustan, que no, que quiero implementar… no hay filtros ahí. A veces un gran cabreo o un melodrama queda reflejado en un párrafo así a la brava y sin miramientos.
A lo que voy. Busqué en las hojas iniciales donde anoté las primeras reflexiones sobre por qué monté LAGOM. De entre los 5 motivos, 3 se estaban dando, pero justamente los 2 ubicados más arriba (lo más importantes en ese ranking), justamente no.
Estos eran: 1. “conciliar mejor y pasar más tiempo con mi hijo”; 2. “tener libertad de movimiento para no sentirme atada”. No me hizo falta indagar más. Ese fue el click.
HAY VECES QUE TE PIERDES POR CAMINOS, PERO TAMBIÉN PUEDES RETROCEDER Y VOLVER A COGER OTROS.
El problema, toda mi desazón por semanas, furia, rabia, miedo y creencia soltada a modo de argumento, era que yo en verdad estaba aterrada. No quería ver lo que ya estaba dentro de mí. Y era que de algún modo, tal cual había ido evolucionando LAGOM, me había convertido en una empleada de mi propio negocio, y no en una jefa de mi negocio. Había hecho saltar por los aires mis ansias de conciliación real y me había amoldado a cumplir estrictamente con horarios. Había fallado en dos puntos muy importantes en mi emprendiemiento: mi hoja de ruta lo marcaba claramente. Y, con ella, sí me sentía alineada.
Reconocí mi gran fallo ¿Es eso fracaso? En absoluto. Para mí no. Es evolución, es crecimiento y es darte cuenta que hay veces que te pierdes por caminos, pero que también puedes retroceder y volver a coger otros.
Y eso es Barcelona ahora para mí. La oportunidad de reinventar LAGOM. De llevarlo a un entorno online mucho más expansivo, donde recibiré con brazos abiertos a quienes os queráis quedar conmigo. LAGOM se me estaba quedando pequeño encasillándolo solo en un Estudio de Pilates. Siento que LAGOM es esto. Es tocar hueso, emocionarse con lo que haces, sanar y avanzar...
Yo no me atrevía a dar el salto a esa expansión. Pero le pedí al Universo (sin saber el cómo) y lo puso en bandeja: Barcelona (poniéndome además todas las facilidades para que el cambio me resulte lo más liviano posible).
Así que aquí y hoy te anuncio que una nueva LAGOM está gestándose. Es como mi bebé, que ya ha aprendido a andar, a valerse por sí mismo, y ahora necesita dejar aflorar su personalidad. Estoy esbozando ideas deliciosas con las que me siento muy emocionada y estoy renaciendo con ello de nuevo.
Te mando un beso enorme. Recuerda que eres importante. Para mí, mucho. Recuerda que eres única. Recuerda que yo también me veo reflejada en ti. Y tú también me enseñas mucho.
NEWSLETTER 3 |
Si tú, como yo, estás en medio de un salto de vértigo, no te voy a decir que seas incauta y lo des sin pensar. Pero sí que indagues mucho más allá de lo que te cuentas. Mi hijo está fascinado ahora con la idea de vivir en una gran ciudad (era yo la que estaba auto convenciéndome que el cambio sería un drama para él) y, sobre todo, estamos felices de ver que una nueva forma de trabajar es posible. Acepto el desafío, de nuevo.
He llorado también. Y dejar el Estudio presencial (ya veremos cómo volveré a él) me ha provocado mucha tristeza. Mis clientas, esas cosas... pero no hay avance a cambio denada. Confío.
Gracias por leer,
Cris.
LAGOM
Integra la verdadera conexión cuerpo-mente-alma para una vida más expansiva y feliz.