DESAPRENDER

Descripción de la publicación.

#FILOSOFIALAGOM

CMA

3/10/20238 min read

DESAPRENDER

10/MAR/2023

Hola de nuevo bonit@.

Segunda newsletter y no puedo sentirme más feliz de tomarme un rato junto a mi café para poder compartirte más ideas y conceptos. Me resulta liberador saber que «no estoy sola» (ya sabes, el emprendimiento cuando es en solitario tiene a veces esta cara B). Así que te doy las infinitas gracias por seguir leyéndome.

Hoy quería hablarte de varias cosas. Pero finalmente he decidido centrarme solamente en una: el concepto de “desaprender”. Hace unos días lo introducía en un post de instagram y supe que tenía que desarrollarlo con más calma. Así que hoy es el día, hoy tocamos un poquito más de “alma”.

Y no te preocupes. No se me olvida que te debía el final de mi anécdota sobre la búsqueda de señales. La tienes al final de la newsletter :).

Vamos a ello.

Desde bien pequeñ@s y, probablemente con las mejores de las intenciones, nuestros cuidadores (padres, abuelos, maestros, tutores…) nos enseñan, nos instruyen, nos guían. Nos alimentamos de infinidad de creencias, muchas veces asimiladas de forma inconsciente. Adquirimos formas de proceder y las comenzamos a encasillar desde temprana edad: “esto es bueno”, “esto es malo”. A fin de cuentas todo se ciñe, en el fondo de los fondos, a eso: bueno o malo. Y así crecemos. Creyendo que desarrollar cierta habilidad es “bueno” (lo mejor) y que no tenerla es “malo” (lo peor), que existen emociones buenas y malas, que existen experiencias buenas y malas, que desarrollarnos en una súper carrera es “bueno” y que vivir en el monte de tu pasión, según para quien, es “lo peor” (el fracaso) o “lo mejor” (la plenitud).

SOLEMOS TENER UN APEGO MÁS O MENOS CONSCIENTE A LO QUE CONSIDERAMOS NUESTRAS PROPIAS "VERDADES" Y MODIFICAMOS LA INTERPRETACIÓN DE LA REALIDAD EN BASE A ELLAS.

El primer paso es ser plenamente consciente de todas tus creencias. De cómo catalogas las cosas, a las personas, las realidades y las situaciones. Cómo realizas ese juego de “clasificación” de forma constante. Con tus amistades, con los discursos de un desconocido, con la forma de proceder de tu compañer@, incluso con la forma de vestir de cualquier persona… todo se juzga, todo se ordena mentalmente en ese patrón de bueno/malo. La dualidad en esencia.

Sin embargo, todo, absolutamente todo, es pura creencia, pura subjetividad. ¿La de quién? La de cada una de nosotr@s, que hemos vivido en contextos diferentes, con realidades familiares diferentes y con patrones adquiridos diferentes. ¿Quién está en lo cierto? Nadie y todos.

¿Pero entonces? ¿Dónde nos quedamos?

A menudo veo a personas que me contactan simplemente para que reafirme su postura. No para que les de mi consejo o para pedirme una valoración certera sobre “x” situación. Sino para reafirmar su creencia. Pongo un ejemplo para que resulte más clarificador: “Menganit@ me ha traicionado —en el trabajo, en una relación, en una situación random— ergo menganit@ es un ser despreciable, ¿verdad?”.

Pues lo cierto es que, de nuevo, absolutamente no. Menganit@ ha hecho lo que ha hecho en base a sus creencias; en ese contexto, tú te has generado una expectativa, le has pedido a menganit@ inconscientemente que se comporte en base a tus creencias y, como menganit@ quizá está librando otras batallas, ha actuado a su gusto y antojo. Tú solit@ te has montado la película; tú solit@ te has montado la trama, el nudo y el desenlace final de tu propio drama y como no se ha dado como tú “esperabas”, menganit@ merece tu etiqueta de malo, malvado, ruin, poco merecedor/@.

El quid de la cuestión aquí es que si seguramente fuera yo a preguntarle a menganit@, la narrativa de la historia sería radicalmente diferente. ¿Lo intuyes y ves tan claro como yo? Pura subjetividad, pura creencia, puro apego a nuestras propias “verdades”.

Es aquí donde el papel del desaprendizaje es fundamental. A mí me daba auténtica pereza (te lo digo francamente) lidiar con situaciones difíciles y no me faltaron desde que era muy muy pequeña. Así que en mi edad adulta empecé a darme cuenta de todo lo que arrastraba, de cómo yo misma me compraba un circo y me crecían los enanos. ¿Por qué? Porque yo misma me obcecaba en querer que la realidad fuera como yo quería y no cómo realmente era.

La vida NUNCA va a ser como tú quieres. Puede acercársele bastante si utilizas ciertas “habilidades” a tu alcance (como el poder de la mente, etc. —en la otra newsletter, te hablaré de la manifestación—), pero NUNCA, jamás de los jamases, será como tú esperas que sea en su totalidad. ¿Por qué? Porque de ser así, no habría aprendizaje. No habría “chicha” de la que tirar para absorber el conocimiento.

Te planteo un auto test rápido para que te des cuenta de tus clasificaciones aprendidas:

  • ¿Estar triste es bueno o malo?

  • ¿Terminar una carrera es bueno o malo?

  • ¿Vivir de tu pasión es bueno o malo?

  • ¿Ganar mucho dinero es bueno o malo?

  • ¿Descansar mucho es bueno o malo?

  • ¿Que una persona deje a otra es bueno o malo?

  • ¿Alguien que abandona su trabajo es buen o mal empleado?

  • ¿Alguien a quien no le importe su forma de vestir está en lo correcto o no?

Podría seguir líneas y líneas. Y quizá también te resulte hasta fácil ver el "juego" y entender que hay una escala de grises, que no todo es blanco o negro. Pero ¿seguro que no has juzgado a nadie por hacer una u otra cosa? (puedes aprovechar para saludar aquí a tu ego).

Obviamente, todas y cada una de las preguntas tendrán una respuesta diferente según la persona, según el contexto y según el momento que estés experimentando.

Yo te diría que todo es relativo. Estar triste puede ser magnífico para la creatividad, terminar una carrera agonizando puede minar tu motivación, vivir de tu pasión puede ser un camino demasiado pesado, ganar mucho dinero puede comportar igualmente un sentimiento de vacío, descansar puede ser altamente productivo o la procrastinación materializada, que una persona deje a otra puede ser una decisión súper acertada… o todo lo contrario. ¿Quién sabe?

Abandona la necesidad de controlar y aferrarte a las cosas, que a menudo te impide experimentar la vida plenamente, el amplio arco de 180º y ábrete a nuevas posibilidades. Abraza la incertidumbre, las posturas encontradas y el cambio. Permite que la vida te guíe en nuevas direcciones. Hay posibilidades más allá de la mente cerrada.

El camino, empieza con una mente consciente. Con un alma que abraza lo que es y no lo que espera que sea. La vida sabe lo que se hace. Creerte que tú sabes más que ella, como para saber si algo te conviene o no es el ejemplo claro de una mente egoica en potencia. Desaprende tus creencias, suelta y ella te mostrará el camino.

Como remate final a esta reflexión sólo puedo decirte que elimines el juicio para vivir con mayor paz interior. Espero que te quedes con esto. Porque verdaderamente, marca la diferencia. Además, la Ley de la Atracción te diría aquí: “a más juicios emitimos, más situaciones similares atraemos”. Por ende, aleja tu juicio y alejarás esas situaciones o personas de tu alrededor que te resultan incómodas.

Te abrazo, pero… aún no me despido.

ABANDONA LA NECESIDAD DE CONTROLAR Y AFERRARTE A LAS COSAS. ÁBRETE A LA INCERTIDUMBRE

Si has llegado hasta aquí, bien te mereces el cierre de mi anécdota (iniciada en la newsletter uno). Te hablaba de cómo alguien a quien acudí por unas dolencias físicas y al que pregunté acerca de mis inseguridades me dijo que tenía las señales delante de mí, que solo tenía que verlas. Y que soltara.

Así que solté. Vaya que si solté. Me fui de allí como flotando. Mucho más aliviada e intentando descubrir esa “señal” que parecía estar delante de mí y que yo no sabía ver.

Me sentía como si tuviera que encontrar una moneda de oro en medio de una isla desierta. Esa misma noche, en el silencio de mi casa, con todo el mundo en cama ya, me puse a meditar. Para mí era el cierre perfecto del día. Busqué en mi lista de Spotify y di con una meditación guiada bastante potente. Así que me puse a ello. Ya llevaba meses practicando de forma regular, así que, como ya me habían comentado, no debía de tener grandes expectativas en una meditación. Sino practicar y practicar.

Te prometo que no puedo describir con palabras lo que sucedió en esa meditación. He estado leyendo al respecto hasta dar con algunas teorías, pero algo se abrió en mí para nunca más cerrarse. Algo se activó, algo fluyó de una manera “ilógica”. Y tuve una visión (me asusté un poco) bastante reveladora. Ahora te lo escribo calmada, pero esa meditación me dejó un poco en estado de shock.

Al día siguiente, abrí mi ordenador. Y rebuscando en unos archivos di con mis primeras propuestas de naming sobre lo que ahora es LAGOM (a priori, un término sueco… así nació). En una de las hojas vi desglosado el nombre, separando la O y la M (ya que la “o” necesitaba un toque diferente —si ves mi logo lo entenderás—). De modo que de repente vi OM, así junto. En ese momento, me despisté y me puse a ver instagram. Y al momentome salió un post sobre el sonido “OM” y su simbología sagrada.

En el hinduismo, por ejemplo,"om" es un símbolo del Brahman, la realidad última y divina, y se considera el sonido primordial del que surgieron todas las cosas. Se cree que al repetir el "om" se puede alcanzar la unidad con lo divino y la armonía interna. También se emplea en el budismo o en ciertas prácticas meditativas y de yoga. Yo no tenía ni idea hasta la fecha de que representara justo lo que yo andaba buscando. Una puerta espiritual en el contexto de mi trabajo..

Y así fue como, con esta cuadratura del círculo, supe que la Fuente (Dios, Energía Superior, ya sabes…) me estaba diciendo que LAGOM sí era el camino, pero que me abriera a esa parte más espiritual, que vengo desarrollando desde entonces.

Ahora, con cierta perspectiva, creo que mi búsqueda de respuestas me llevó a un salto cuántico (se lo escuché una vez a Wayne Dyer y explicaba a la perfección cómo me sentía). Fue como una gran apertura, como si mi nivel de conocimientos aumentaran exponencialmente a partir de entonces. Como si una fuerza dentro de mí me impulsara cada día en una búsqueda más constante y profunda sobre el SER, con unas insaciables ganas de aprender y, sobre todo, de compartir. No voy a decir que fuera “la llamada”, ni me voy a creer la más mística o iluminada del barrio. Para nada. Me encanta ser pupila, me encanta lo mundano.... pero también creo que ese hecho marcó un antes y un después en muchas cosas. Me encantó vivir algo así, esa sensación de conexión profunda con algo que no se puede explicar. Me quedo con eso. Y, porsupuesto, sigue en mí.

Así que solo te digo que te abras a las señales. Que busques más allá de la casualidad de las cosas. ¿Quién se cruza en tu camino? ¿Quién se va? ¿Quién te dice algo que te genera un cortocircuito mental? ¿Quién te dice una palabra clave que te resuena profundamente?… todo cuenta, amiga.

Te mando un beso enorme. Recuerda que eres importante. Para mí, mucho. Recuerda que eres única. Recuerda que yo también me veo reflejada en ti. Y tú también me enseñas mucho.

ALGUNOS PUNTOS FINALES PARA EMPEZAR A DESAPRENDER

  1. Empieza a valorar positivamente el error en tu vida.

  2. No juzgues negativamente tus problemas y conflictos. Todo sucede por algo. Todo tiene su propósito.

  3. Reflexiona antes de juzgar.

  4. Da más importancia al proceso que al resultado.

  5. Cambia la pregunta «¿qué haces?» por «¿cómo te sientes con eso que haces?».

  6. Asume que en toda relación, ambos sois maestr@s y alumn@s al mismo tiempo.

  7. Toda relación te enseña algo (familiar, amistad, pareja, profesor/alumno, profesional/cliente...).

  8. Deja de escuchar para responder. Mejor escucha para aprender.

  9. Cuestiona lo que "siempre" has tildado de cierto.

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Gracias por leer,

Cris.

LAGOM

Integra la verdadera conexión cuerpo-mente-alma para una vida más expansiva y feliz.